miércoles, 10 de diciembre de 2014

Comentarios On-line... ¿Valen la pena?

En este mundo de la Informática que tanto me apasiona, y creo que al igual que muchos, el relacionarme con Internet y las comunidades online es un punto del que no podemos estar ajenos si no queremos "perdernos el tren". Para poder estar actualizados debemos dedicar un momento de cada día a leer foros y blogs especializados, a caracterizarnos en una red social, a leer páginas de noticias, etc. Ese concepto lo aprendí desde que era un simple estudiante y hasta el día de hoy lo practico. Uno debe también saber que creer de lo que leemos, que aprehender y que dejar.

Un buen día decidí dejar de ser un simple espectador para pasar a participar activamente y contribuir un poco a este ambiente. Con mi cuenta de Google abrí un humilde Blogspot y comencé a escribir de mi experiencia como técnico y "persona idónea", compartiendo algunas cosas que leía y que creía que era interesante que se sepan, mejorando algunas exposiciones, traduciéndolas o haciéndolas mas amigables a la lectura de cualquier persona.

Una de las cosas que siempre me preocuparon son los comentarios. ¿Cómo hacer para formar una comunidad? ¿Cómo hago para que la gente se interese en lo que escribo y quiera dejar sus opiniones sobre los temas que hablo? Y aunque nunca logré tener una audiencia (ni escribía seguido, ni escribía bien), el tema de los comentarios seguía en mi cabeza.

Por la manera en que funciona Internet, para quienes escribimos, ya sean simples blogs personales o medios, los comentarios siempre fueron el feedback por excelencia. Antes de las elaboradas métricas y las redes sociales, la manera más fácil de interactuar con los lectores era a través de la sección de comentarios.

Desde hace unos años, una nueva tendencia en los medios online comenzaba a surgir. Los comentarios habían pasado de ser aliados de quien escribía, para convertirse en un enemigo. Totalmente prescindibles. Pero, ¿cómo se llegó a esto?

A principios de este año, The Atlantic publicaba un artículo sobre cómo los comentarios cambian la percepción sobre un sitio y afectan su tráfico. Habla de casos como el de National Journal que eliminando los comentarios logró centrar las miradas en el contenido en sí, incrementando también las visitas del sitio, y de cómo los comentarios en Internet son, en general, racistas, sexistas, ignorantes, o de cualquier modo inútiles, pero, esto siempre y cuando se deje una sección de comentarios sin moderar.

Si queremos un ejemplo a nivel nacional, basta con entrar a cualquier nota de La Nación para coincidir casi a ciegas con lo expuesto en el párrafo anterior. Si buscamos un ejemplo claro lo tenemos tan cerca como al final de una noticia de este diario. Producto del anonimato y de la falta de moderación.

Estuve leyendo un poco acerca de este tipo de fenómeno y encontré una nota del Washington Post, donde una periodista llamada Anne Applebaum publicaba ‘Otra razón para evitar leer los comentarios’, en la cual, a grandes rasgos, comenta:
"Múltiples experimentos han demostrado que la percepción de un artículo, su escritor o la temática del mismo, pueden ser alterados por comentarios anónimos, especialmente si son duros. Un grupo de investigadores encontró que comentarios groseros “no solo polarizan a los lectores, sino que también cambian la interpretación de la noticia en sí.” Un analista digital de Atlantic Media también descubrió que las personas que leen comentarios negativos son más propensas a juzgar que un artículo era de baja calidad y, sin considerar el contenido, dudar de la verdad que se declara en aquel."
Pero esto no podría ser la regla de todo medio o blog, ¿verdad? Bueno, el problema está en que una vez que un sitio ganó popularidad y una masa enorme de lectores, hay dos opciones coherentes: invertir en mantener una sección moderada de comentarios en las que solamente existan las discusiones con argumentos centradas en el tema específico del artículo, o eliminar por completo los comentarios, ahorrar recursos y centrarse exclusivamente en el contenido, dejando que la conversación sobre el mismo se vaya a las redes sociales.

En estos últimos meses pareciera ser que la tendencia es inclinarse a lo seguro, o sea quitar los comentarios. Así encontramos grandes medios como Reuters, y no tan grandes como Re/code, que han decidido eliminar por completo las secciones de comentarios.

Mientras sigo leyendo sobre cómo los comentarios online son una pérdida de tiempo en la cual no hay que destinar recursos, no puedo dejar de pensar en comunidades como esta; ya que, más allá del blog, pretendo llevar a cabo una comunidad de lectores que entren cada día a informarse y, porque no, a participar de los temas expuestos compartiendo dudas, problemas, soluciones, sugerencias, etc.

Creo que es este el punto más importante para que los comentarios de un sitio realmente valgan la pena; lograr que el lector se sienta parte de la comunidad, alimentar desde el inicio un debate centrado y argumentado que nutra al artículo en sí. ¿Tarea complicada? Seguro! Pero no imposible.

¿Qué opinan?

Los virus que infectan routers


Hace algunos días leí por Internet sobre un malware extraño que redirigía las URL que llegaban a nuestra barra de direcciones ya sea escritas a mano o clickeadas a sitios de anuncios publicitarios (adfoc.us y adf.ly por lo general), síntoma que se repetía en todos los browsers de la PC, todas las máquinas de la casa/oficina y algunos dispositivos móviles también. Sumado a ésto, aparentemente el bicho resistía diversos antimalwares e incluso se seguía manifestando tras reinstalar el sistema operativo. Hace unos meses hablamos sobre un caso parecido pero específico para un modelo de Zyxel, si tenés uno de esos no estaría de más pasar por ahí antes. Por el momento hay reportes de infecciones en dispositivos Linksys, D-Link, TP-Link y algunos más, es decir, casi todas las grandes marcas del mercado hogareño.

Mis sospechas quedaron confirmadas tras varios reportes de clientes, colegas y amigos: No es la computadora el problema sino el router. Si, esa inofensiva cajita con puertos y antenitas que compraste por 400 pesos o te dio tu ISP a comodato es la que tiene el problema. Hay virus que infectan routers señores pero por suerte es algo que tiene solución.

¿Cómo lo resolvemos? Lo primero que tenemos que hacer es un hard reset, es decir volver el aparato a su configuración de fábrica. Cuidado: Hacer ésto eliminará las configuraciones que hayamos realizado en la interfaz web para, por ejemplo, redirigir puertos. Una vez hecho ésto entramos a la interfaz con la IP  (normalmente es la primera en el rango que su DHCP le entrega a nuestra PC, por ejemplo si nuestro equipo después del reset recibe la IP 192.168.0.101 la del router suele ser 192.168.0.1) y la combinación usuario/contraseña por defecto. Otras alternativas de IP para probar con el router son: 10.0.0.2 y también 192.168.1.1

Una vez que estemos en la configuración del router, lo primero que tendríamos que hacer es una actualización de firmware. Es una operación muy sencilla (normalmente está en el menú System > Firmware Upgrade o similar, donde encontramos un botón para cargar el archivo que bajamos desde la web del fabricante) pero bastante delicada, así que si viven en un barrio con cortes de luz frecuentes es mejor proveerse de un UPS antes de realizar esta tarea. Si se quieren quedar tranquilos pueden instalar en su lugar un firmware alternativo como DD-WRT y OpenWRT pero ya es para usuarios más avanzados y un error les puede convertir su router en un pisapapeles carisimo pero con mucha onda :)

Luego de cargar el firmware actualizado forzamos los servidores DNS de nuestra preferencia y desactivamos -salvo que nos complique mucho la vida por algún uso específico- las opciones poco felices del apartado seguridad, como ser el acceso remoto a la configuración web (WAN access o algo así) y UPNP. Con ésto ya debería, con algo de suerte, quedar resuelto el problema.

Y a vos, ¿Te pasó? ¿Formateaste la PC y al final era el Router? ¡Contanos tu experiencia!